El síndrome del príncipe destronado sucede en un niño cuando nace un hermano, aunque esto no siempre es una regla, en la gran mayoría de las ocasiones se presentan celos, cambios en el comportamiento, algunos problemas de atención y situaciones diversas en el colegio. A continuación vamos a compartirte la información precisa para sepas detectar a tiempo este síndrome y también para que podamos ayudar al pequeño en esta nueva etapa y adaptarse lo más pronto posible al nuevo integrante de la familia. Conozcamos el síndrome del príncipe destronado.
El hijo único y el síndrome del príncipe destronado
Este tipo de síndrome aparece con más frecuencia cuando se es hijo único, en este sentido es más complicada la adaptación cuando el niño no ha tenido antes hermanos, cuando no asiste aún al colegio y hasta cuando en la familia no había otro niño que no fuera él. Los pequeños que son hijos únicos por consiguiente tienen más atención, aunque esto no se hace de manera consciente, los Padres tienden a atenderlo todo el tiempo, poniéndolo en primer lugar en cuanto a cubrir sus necesidades y demandas.
En general esto es algo normal que sucede en todas las familias y que no visualizamos hasta que tenemos otro integrante más o conocemos la noticia del embarazo de Mamá. El síndrome del príncipe destronado puede iniciar desde el embarazo, mostrando señales de inconformismo o coraje cuando la familia habla del nuevo bebé. Puede también aparecer rechazo hacia la Madre mientras más se le nota su embarazo.
La actitud de los Padres hacía el síndrome del príncipe destronado
En otras ocasiones, el síndrome hace su aparición una vez que nace el nuevo bebé. Lo cual complica un poco más las cosas, pues los Padres estarán muy ocupados con los cuidados del nuevo integrante de la familia y faltará tiempo para trabajar con el niño que siente celos descontrolados hacia su hermano o hermana. Sin embargo, es necesario hacer un esfuerzo y tratar de combatir los síntomas de este síndrome que son:
- Regresiones en conductas o hábitos que ya se tenían logrados con el niño: dormir toda la noche en su cama, dejar de tomar biberón, no utilizar pañales, etc.
- Retraso en el lenguaje o empezar a hablar de una manera distinta.
- Negación a estar cerca o en contacto con el nuevo bebé.
- Berrinches o malas conductas cuando el nuevo hermanito o hermanita están presentes.
- Comentarios negativos o despectivos con respecto al nuevo integrante de la familia.
- Cambios en la alimentación, el sueño, el temperamento y sus rutinas diarias.
Como puedes ver los síntomas de “El síndrome del príncipe destronado” son muy evidentes y van más allá de tener un poco de coraje o tristeza por el cambio tan drástico que significa compartir de un día para otro la atención que antes era para él solo. Sin embargo, si actuamos a tiempo, podemos aminorar la molestia que siente el niño y con mucho amor y paciencia, brindarle las herramientas necesarias para su adaptación.
Consejos para combatir el síndrome del príncipe destronado
Aunque cada niño puede ser diferente, en general para combatir el síndrome del príncipe destronado, tenemos que tomar en cuenta siempre al niño, ampliar nuestros momentos de comunicación con él, salir y compartir con el niño tiempo sin el nuevo bebé. Hacer actividades que le agraden y sobre todo dejarle claro que el amor sigue siendo el mismo.
Evitar en lo posible los cambios drásticos cuando acaba de nacer un hermanito o hermanita es vital para que el niño se adapte más rápido a todo lo que conlleva un nacimiento y podamos erradicar cuanto antes las conductas que tenemos en el síndrome del príncipe destronado.